Según la Cámara que agrupa a las empresas del sector, la compraventa de campos está paralizada. El principal factor que incide en este contexto es que no hay acuerdo sobre el precio de la tierra.
La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (Cair) emitió un comunicado en el que alertó que el mercado de compraventa de campos está paralizado y sin un horizonte cercano de recuperación.
El principal motivo que explica esta situación, según se desprende de lo expresado por Cair, es la brecha cambiaria que hace que sea difícil ponerles un valor a los inmuebles rurales, dependiendo de qué cotización del tipo de cambio se tome como referencia.
También incide, entre otros factores, los problemas que tienen los operadores inmobiliarios para poder circular por las rutas y salir a “mostrar” los campos a eventuales interesados.
Dólar
“Desde que fue declarada la pandemia del Covid-19, la actividad económica del país entró en una suerte de tormenta de arena donde todas las referencias para orientarse se perdieron o se tornaron muy difusas y cambiantes”, advirtió Cair este jueves.
En el caso del mercado inmobiliario rural, el índice de actividad que elabora mensualmente la Cair marcó una caída del 47 por ciento interanual el mes pasado.
De acuerdo con la entidad, hoy no hay un mercado de compraventa de inmuebles rurales de referencia vigente, aunque sí latente.
Aseguró que existen inversores con interés en comprar, pero que generalmente ofrecen un precio 40 o 50 por ciento inferior al que pretende el propietario del campo. “La escasez y cotización del dólar empujan esta visión”, sintetizó Cair.
En el caso de los dueños, muchos quieren vender, pero pretenden mantener los valores de fines del año pasado, antes del nuevo desdoblamiento del mercado cambiario y de que llegara la pandemia del nuevo coronavirus. Como no tienen urgencia, eligen no desprenderse de la propiedad ante cualquier oferta.
Para Cair, la lógica es que el valor de la tierra ceda un poco de terreno en relación con los valores de fines de 2019. “Hay coincidencia entre colegas que en este momento tasarían un campo para venta alrededor de un 20 por ciento por debajo de los valores de fin de 2019, con las salvedades del difuso escenario actual”, precisó la entidad.
Y completó: “Para que haya mercado deben existir operaciones de referencia que, de momento, no se concretan. Con la importante brecha de valores esperados por las partes, y la firmeza en sus posturas, es difícil que esto ocurra hasta tanto ceda la tormenta y permita ver el nuevo horizonte, siendo temerario decir cuándo sucederá y qué paisaje encontraremos”.
Circulación
Bajo este panorama, desde Cair estiman que cuando el mercado vuelva a fluir, probablemente encuentre algún camino intermedio dentro de la brecha cambiaria y base la mayoría de sus operaciones en una financiación en dólares, y en menor medida en especie (granos o kilos de carne), o una combinación de ambos.
De manera adicional, un problema extra que afecta a las inmobiliarias rurales es la imposibilidad de circular libremente por las rutas para poder “mostrar” las propiedades.
“En caso de haber interés en recorrer algún campo, ello queda supeditado a la posibilidad de desplazarse al mismo, que varía en cada provincia en particular, y aspecto frecuente, si la recorrida demandara más de un día, a las dificultades para encontrar alojamiento”, explicó CAir.
A su vez, los registros públicos se encuentran mayoritariamente cerrados, lo que actúa como otro freno a la concreción de operaciones.
“En este contexto, consideramos que se deberían autorizar sin mayor dilación, y bajo protocolos sanitarios unificados, a los operadores inmobiliarios rurales para cumplir sus tareas habituales y así favorecer la operatoria mínima que requiere el mercado”, cerró Cair.